Ungidos en el desenfreno de la lujuria
Los piadosos amantes de dios
Recogen las cenizas de su devoción
Los errantes presagios de su alma poseída
Buitres que envenenaron los cielos
Abolir la tentación del paraíso
Y destrozar el crucifijo
En la gloria de estos escombros
Los carroñeros se disputan los restos
Buitres que envenenaron los cielos
La noche cae con sus sombras
Un festín de moscas y gusanos
Los sirvientes de dios
Fornican bajo los campanarios
Buitres que envenenaron los cielos